Conexiones Luminosas Cósmicas

lunes, 11 de marzo de 2013

Amor en pareja mundo complejo .....


Si partimos de la base de que la pareja perfecta no existe, que el hombre y la mujer son imperfectos por naturaleza, que la perfección sólo está en la mente y en la necesidad de cada uno de nosotros, tenemos mucho camino andado en esto de conseguir la felicidad en la vida de pareja. Somos diferentes como individuos y como personas sexuadas. Diferentes en nuestra forma de pensar y en nuestra forma de actuar, y lejos de ser un obstáculo en la relación, es una virtud, puesto que la similitud sólo conduce al aburrimiento, a la monotonía. Pero es importante encontrar un punto de equilibrio entre los dos para evitar que las circunstancias ajenas hagan tropezar al amor.

Seguro que conoces a más de una pareja que se quiere con locura, pero que no para de discutir. Cuando se trata de armonía marital, el estar enamorado no es suficiente.
Pero, ¿por qué unas parejas funcionan y otras se vienen abajo a pesar de quererse mucho? Esa es la ‘pregunta del millón’ que muchos científicos han intentado solventar a través de complejas fórmulas matemáticas. Hace más de 10 años Galen Buckwalter desarrolló ‘el algoritmo del amor’ para poder medir la felicidad de las parejas. Su teoría es que las personas deberían coincidir en al menos 29 rasgos fundamentales y atributos vitales para poder ser una pareja feliz.
Pero si volvemos a poner los pies en el suelo de la realidad, lo único que está en nuestras manos para lograr que la relación sea satisfactoria para ambas partes es trabajar para ello.
Etapas de la relación amorosa
Para conseguir una convivencia de cuento de hadas con final feliz, según Laura Dawn Lewis, directora ejecutiva de Couple Company y escritora de varios libros de crecimiento personal, hay que pasar, de forma satisfactoria, por las ocho etapas o aspectos básicos en cualquier relación amorosa:
# Atracción física. Según la escritora nos tiene que gustar, además de su apariencia física, cómo piensa, cómo conversa, cómo actúa y cómo trata a los demás. En esta primera etapa se abre la puerta de la relación.
# Compatibilidad. Dawn Lewis señala que "desde el principio debemos ver, por ejemplo, si nos gusta la misma música, ropa, comida, arte, muebles y demás componentes de la vida diaria". Los conflictos se previenen cuanta más compatibilidad se tiene en todas las áreas de la vida. Es el segundo aspecto de una relación y es lo que nos lleva a decidir si seguimos adelante con ella o, por el contrario, huimos como alma que lleva el diablo.
# Compenetración recreativa. Tener los mismos gustos en las actividades a realizar en el tiempo de ocio (como ir al cine, practicar deporte o ir de compras) y disfrutar o practicar los mismos deportes, según la experta, ayuda a solidificar la relación. Pero sin agobiarse ya que cada miembro de la pareja debe tener su propio espacio de actividades, "esto ayuda a mantener la identidad de cada persona y a descansar mutuamente el uno en el otro".
# Compenetración intelectual. Según Lewis, este aspecto se percibe a través de las opiniones, creencias, valores y puntos de vista y forma con los que la persona con quien estamos saliendo ve la vida.
# Compenetración espiritual. Cuando se alcanza este nivel, se puede asegurar que la relación será eterna. De forma natural, el uno entra a formar parte de una identidad común: nosotros. De acuerdo con la escritora, la mayoría de las parejas fracasan porque nunca alcanzan esta etapa.
# Compenetración emocional. Para Lewis esto es algo difícil de lograr, porque "son pocas las personas que llegan a aceptar a su pareja tal como es: una persona con defectos y cualidades".
# Compenetración sexual. Aunque Dawn Lewis lo coloca en séptimo lugar, la mayoría de las parejas pasan directamente de la primera, segunda o tercera etapa a la intimidad sexual. "Es común porque muchos hombres y mujeres no saben cómo entablar una relación amorosa sin que haya sexo… por esto, muchas de las relaciones no duran", afirma la experta.
# Amor incondicional. Se alcanza cuando nuestros sentimientos no cambian con las circunstancias o defectos de nuestro compañero. Pero "ninguno de los integrantes de la pareja debe de sufrir ni anular su identidad. Si este caso se presenta, la relación no es sana", nos avisa la escritora.
¿En qué etapa os encontráis? Recuerda que si conseguís llegar a la última, el éxito de vuestra relación está garantizado.
El sexo
En una relación ‘perfecta’ tiene que funcionar el sexo. Somos seres sexuados y necesitamos este contacto íntimo no sólo para satisfacer nuestros instintos más animales, sino para fundirnos en cuerpo y mente con nuestro compañero. No nos referimos sólo a la penetración. Los besos y las caricias por sí solas, son capaces de limar las asperezas que surgen en la convivencia diaria.
Por ello, cuando el sexo no funciona, cuando no existe atracción física, cuando se anula la emoción del acercamiento, llega el aburrimiento, la monotonía y con ello el fracaso de la pareja. La psicoterapeuta belga Esther Perel, en su libro "Mating in Captivity: Unlocking Erotic Intelligence" nos describe las claves para mantener la pasión siempre activa en las relaciones donde la erótica se circunscribe al cautiverio que impone el hogar. Según la terapeuta, las parejas modernas se encuentran ante el desafío de luchar, constante y continuamente, para que el sexo funcione y considera que saber conciliar lo seguro de la relación con otras situaciones más impredecibles, excitantes, misteriosas y sorprendentes, podría ser la base del éxito que reactive las relaciones pasionales de la pareja.
Según Perel "la inteligencia erótica consiste en crear cierta distancia entre la pareja para luego hacerla cobrar vida en cada espacio". La autora señala que cada vez se tiene menos relaciones sexuales, a pesar de la revolución que en este campo ha liderado la mujer, y, es que, según ella "el amor acaba imponiéndose al sexo". Por ello, es tan importante rescatar el erotismo porque "no es necesario el amor para tener sexo, pero el sexo es necesario para el amor".
Nuestra ‘checklist’ de la supervivencia
¿Cómo puedo conseguir que él sea el hombre que ocupe mi corazón, mi cama y mi hogar definitivamente? Si estás cansada de que ninguna relación te haya funcionado, pero quieres que ahora sea diferente, ¡toma nota! Ésta es nuestra ‘checklist’ de la supervivencia conyugal.
# No podéis ser los dos A, uno ha de ser B. Las parejas que más tiempo sobreviven, se acomodan en roles distintos. Intentar ser los dos el gallo del gallinero no os traerá más que problemas. Recuerda que los polos iguales se repelen. Hay que equilibrar la balanza.
# Las manías del contrario se deben incorporar a la rutina. Luchar continuamente con las rarezas de tu pareja, acaba erosionando la relación. Hazte a la idea de que su maravilloso sofá giratorio de llamativos colores, siempre estará en tu comedor. Así no sufrirás. "Si no puedes con tu enemigo, ¡únete a él!".
# No intentes cambiar a tu pareja. Las personas somos como los vinilos, tenemos nuestra cara A y nuestra cara B. Amables y rancias, según el caso y la situación. Por ello, cuando aceptamos a alguien en nuestra vida también estamos aceptando tácitamente su lado B. Intentar cambiarlo es un craso error. Esta táctica acaba reventando la paciencia de cualquiera.
# Evita la erosión en la comunicación. Con el tiempo, la comunicación en pareja se va reduciendo a cuestiones domésticas (al binomio hijos/casa), lo que aboca a una relación frígida y sin ningún aliciente. Para evitar esto, nada mejor que salir del entorno del hogar. Las actividades fuera de casa ayudan a recuperar la conversación íntima, de pareja. Un ambiente adecuado permite soltar la lengua sin reproches y estimula los ‘tequieros’ que todos necesitamos oír de cuando en cuando.
# Vuestras profesiones deberán encajar a la perfección en vuestras vidas. Está comprobado que las personas que tienen vocaciones incompatibles en horarios o, por el contrario, son tan similares que pueden generar competición, tienen mayores posibilidades de fracasar en sus relaciones. Las actividades laborales han de ser llevaderas para la vida en pareja.
# Si no se puede repartir las tareas del hogar equitativamente, la solución pasa por buscar una asistenta. La liberación de la mujer ha traído consigo la duplicación del trabajo: dentro y fuera del hogar. Esta injusticia deriva en discusiones domésticas. Si sois incapaces de dividir exactamente por dos las obligaciones, lo mejor es buscar soporte logístico en una empleada doméstica.
# ¡Recuerda! No somos siameses. Lo de ir a todos los lados juntos, agarraditos de la mano, se debió acabar con la adolescencia. Compromiso y libertad es el binomio perfecto, aunque parezcan dos términos antagónicos.
# Interésate por sus aficiones. Muestra algún interés en conocer lo que le gusta y enseñarle lo que te gusta a ti. Adoptar una postura de total indiferencia por sus gustos ociosos os separará aún más.
Ponerse en el lugar del otro es el ingrediente secreto para evitar los conflictos.
Antes de entrar en el juego de los ‘dimes y diretes’ que suelen acabar en discusiones sin sentido, ponte en el lugar del otro. ¿Por qué ha actuado así? Si al sentirte en su piel comprendes su reacción, evitarás muchas peleas generadas, habitualmente, por la incomprensión de su actuación.

Bendiciones  infinitas .....  y abrazos  luminosos  





Luis  fer 

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